
Los legisladores se pronunciaron por 56 votos en contra, es decir cuatro votos menos de los necesarios para permitir la apertura formal de los debates sobre una amplia ley de financiamiento de Defensa, en la que se comprendía la derogación de la norma “Don’t ask, don’t tell” (“no preguntar, no decir”), adoptada en 1993 bajo el gobierno del entonces presidente Bill Clinton.
La Casa Blanca se manifestó “decepcionada” por el rechazo del Congreso a abrir este debate.
“Nos decepciona no poder hacer avanzar este texto, pero seguiremos intentándolo”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, en conferencia de prensa.